De la intersección de la pesadez del metal y la fuerza del rap surge LUDE, una banda que transforma las experiencias urbanas en rebelión musical. Con letras contundentes, un sonido agresivo y una actitud decidida, el grupo se ha forjado un nicho en la escena alternativa.
BACKSTAGE 2.0 conversó con LUDE sobre música, persistencia, el proceso creativo y la realidad tras las rimas y los riffs. En esta entrevista, nos adentraremos en el universo de la banda, conoceremos sus influencias, visiones y el papel del arte en tiempos de caos.
Empecemos por los inicios de LUDE. ¿Cómo surgió la banda y cómo surgió la idea de combinar metal y rap?
LUDE nace cuando Brian (guitarrista) y yo, C. De Ramos (vocalista), coincidimos gracias a un anuncio en unos foros de rock. Él venía del metal —con toda la influencia del nu-metal de los 2000— y yo del rap, aunque desde muy joven tenía esa espinita de montar una banda, de sentir la música en directo con una formación completa. Por diferentes motivos nunca había podido hacerlo… hasta que cruzamos caminos. A partir de ahí, empezamos a construir algo que no sabíamos bien en qué se iba a convertir, pero que ya tenía alma.
La mezcla entre rap y metal, a estas alturas, no es nada nuevo —eso es verdad—, pero nosotros siempre tuvimos claro que no queríamos ser una copia de nadie. La idea fue encontrar nuestro propio hueco, un sonido que hablara desde quiénes somos, desde lo que hemos vivido. Y eso no se consigue solo con estilo musical, sino con actitud.
La banda empezó a tomar forma alrededor de 2017. Y, como te puedes imaginar, antes de eso hubo mucho trabajo y después, muchísimo más. Ensayos, cambios, decepciones, aprendizaje... Y sobre todo, sacrificio. Nada se construye sin dejarse algo por el camino
¿Qué significa LUDE?
El nombre de la banda surgió en esa etapa inicial en la que aún estábamos buscando identidad. Justo por aquel entonces, alguno de nosotros había visto El Lobo de Wall Street, y hubo una escena que nos llamó especialmente la atención: la de los Quaaludes, un fármaco que en su día se recetaba como sedante, pero que acabó siendo usado de forma recreativa por sus efectos eufóricos.
Nos gustó el concepto. No por lo literal del tema, sino por la idea de que algo pequeño —una pastilla— pudiera cambiarte la percepción de la realidad, para bien o para mal. Sentíamos que nuestras canciones tenían algo de eso: cada tema es como una cápsula, un mensaje, una sacudida o una pequeña moraleja que te hace mirar el mundo desde otro ángulo. Así que transformamos "Quaaludes" en LUDE, a nuestra manera. Un nombre corto, directo, con carga simbólica y pegada sonora.
Es verdad que el fármaco en cuestión fue muy popular en los años 60 y 70, recetado para tratar el insomnio y la ansiedad, pero también acabó prohibido por su alto potencial adictivo. Y aunque hoy en día ya no se comercializa legalmente, sigue rondando el imaginario colectivo, sobre todo por su aparición en películas y cultura pop. Nos pareció un buen símbolo de lo que puede ser la música: algo que te afecta, que remueve, que no te deja igual.
La verdad es que nos costaría mucho quedarnos con una sola influencia, porque cada uno aporta lo suyo y las referencias se mezclan. Pero si hablamos del presente, ahora mismo podríamos decir que, en la parte metalera, Falling in Reverse nos inspira bastante por cómo fusionan estilos y rompen moldes. Y en cuanto a rap, Tyler, The Creator es una figura clave por su libertad creativa, su personalidad y la manera en que ha hecho lo que le ha dado la gana sin pedir permiso.
Eso sí, más allá de lo actual, hay una raíz común que compartimos casi todos en la banda: el nu-metal de los 2000. Nos marcó fuerte. Bandas como Linkin Park, Limp Bizkit, Korn… esa época dejó huella. Nos enseñó que se podía rapear con rabia sobre una guitarra distorsionada y que la mezcla de mundos no solo era posible, sino poderosa.
Así que sí, somos hijos del nu-metal, pero mirando hacia adelante. Lo nuestro va más de absorber que de copiar.
Buena pregunta, porque la verdad es que no es nada fácil encontrar ese equilibrio. El rap nace como herramienta de denuncia, de protesta, de mensaje claro. El metal, por su parte, es más visceral, más emocional. También es una forma de desahogo, pero con otro tipo de energía: más cruda, más física.
Lo complicado está en cómo meter un mensaje con carga —letra densa, con peso— en un ritmo que muchas veces te pide fluir, soltar, atacar. Hay que saber cuándo parar, cuándo acelerar, cuándo dejar espacio a la música y cuándo dejar que hable la palabra.
Sinceramente, creemos que en algunos temas lo hemos logrado bastante bien. En otros, uno de los dos géneros toma más protagonismo, y no pasa nada. Hay canciones más rap, otras más metal, y esa diversidad también forma parte de nuestro sonido. No forzamos la mezcla, dejamos que ocurra.
El truco, si es que hay alguno, ha sido precisamente eso: prueba y error, dejarnos llevar, no tener miedo a romper lo que no funciona. Solo así hemos ido encontrando el estilo que, ahora sí, sentimos que empieza a definirnos. Estamos justo en ese punto donde el camino se empieza a ver claro.
A través de la música, pretenden explorar vuestras inquietudes y forma de ver el sistema. ¿Cuáles son las principales inquietudes de LUDE y cómo se posicionan en relación con el sistema?
Nuestra postura ante el sistema es, sin rodeos, de rebeldía. Nos rebelamos en todos los sentidos. Sabemos que este mundo no te regala nada, que todo se consigue a base de esfuerzo, constancia y comerte la frustración a cucharadas. En ese sentido, somos realistas: no se trata de vivir fuera del sistema —eso no es viable—, sino de saber cómo moverte dentro de él sin perderte por el camino.
Podríamos llenar discos hablando de lo podrido que está todo, pero creemos que ese enfoque, cuando se repite una y otra vez, termina agotando. Queremos ir más allá. Por eso preferimos centrarnos en lo que sentimos, en lo que vivimos, en la autocrítica. No solo señalar al sistema, sino también mirar hacia dentro.
La realidad es que todos los que formamos LUDE estamos atrapados en la misma rueda que criticamos. Y, precisamente por eso, la banda se convierte en una forma de escape, en una válvula de presión. LUDE es esa bala que disparamos para no quedarnos callados, para no tragarnos el veneno del día a día. No venimos a adornar nada. Venimos a soltar lo que llevamos dentro. Y sí, apuntamos alto, pero sin olvidarnos de apuntar también hacia nosotros mismos.
Ese es nuestro foco. Y no vamos a soltar la presa...
¿Qué temas les gusta más explorar en las letras?
Si os fijáis en nuestro primer LP, Huele a soberbia en espíritus mediocres, veréis que ahí fuimos más hacia fuera: letras críticas, con enfoque social, disparando hacia lo que nos rodea. Pero con el tiempo —y por decisión unánime en la banda— decidimos darle un giro y mirar hacia dentro.
Vimos que donde realmente teníamos algo que contar era en lo personal, en lo introspectivo. Empezamos a escribir desde nuestras propias heridas, desde la frustración, el agobio, la rabia... pero también desde el aprendizaje. Nos dimos cuenta de que primero hay que mirarse el ombligo si de verdad quieres decir algo que cale. Y desde ahí, desde lo honesto, nace un mensaje más real y, en muchos casos, más motivador.
Si tuviéramos que resumirlo en una palabra, diríamos que lo que más nos gusta explorar es la superación personal. No desde el postureo del "tú puedes con todo", sino desde la pelea diaria, desde el barro. Eso es lo que nos mueve y lo que intentamos transmitir.
Dentro del Ruído fue tu primer sencillo de 2025 y representa una nueva etapa para LUDE. ¿Qué podemos esperar de esta nueva etapa que comienza llevando la música puerta a puerta, aprovechando las puertas entreabiertas?
Para entender esta nueva etapa de LUDE, primero hay que saber de dónde venimos. Nuestro primer LP salió con mucha fuerza… y también con muchos errores, como suele pasar con cualquier banda que empieza. Con nuestro segundo trabajo, Lapso —formado por tres EPs—, la cosa se complicó. Tuvimos golpes externos, internos, y por si fuera poco, nos pilló de lleno esa época extraña del COVID. Esa etapa estuvo a punto de acabar con la banda. Literalmente.
Estuvimos cerca, muy cerca, de tirar la toalla. LUDE, ese proyecto que sabíamos que tenía algo diferente, algo especial —porque lo sentimos en cada directo, en cada persona que conecta— estuvo a un paso de romperse. Y eso dolía el doble. Porque dejarlo era perder todo por lo que habíamos sudado durante años.
En un momento de lucidez, casi de brutal honestidad con nosotros mismos, entendimos algo clave: que no podíamos seguir culpando al entorno. Que al final, todo lo malo que te afecta también es responsabilidad tuya si decides dejar que te arrastre. Y ahí fue cuando nos hicimos la pregunta que lo cambió todo: ¿Vamos a morir sin, al menos, haberlo dado todo por algo en lo que creemos de verdad, como es LUDE?
Y en ese punto estamos. Fuera excusas. Fuera miedos. Hagamos lo que haga falta para abrir puertas, para cerrar puertas o para tirarlas abajo. Pero lo que no vamos a hacer nunca es quedarnos con el maldito “¿y si...?”.
Dicho esto, si os paráis a escuchar bien las letras de nuestros dos primeros adelantos, seguramente las entendáis mucho mejor sabiendo todo esto.
¿Es el público español receptivo a sonidos como el metal rap? ¿Y los promotores, festivales y salas? ¿Es fácil encontrar locales para tocar en vivo?
Nosotros siempre hemos sentido que el público es receptivo. Creemos que hemos encontrado un estilo que encaja en casi cualquier ambiente, y lo más importante: conectamos con la gente. No importa tanto el estilo que escuchen, sino que logramos tocar unas fibras que para nosotros son fundamentales. Esa conexión es lo que marca la diferencia entre un concierto y un show que realmente emociona.
Ahora bien, en el underground la realidad es dura. Encontrar locales, giras o conciertos sin tener contactos es bastante complicado. Hasta que una banda no tiene un respaldo sólido de público, moverse suele ser una batalla constante y prácticamente tienes que hacerlo todo por tus propios medios.
Por otro lado, hay bandas que, aunque no tengan una repercusión enorme entre la gente, consiguen conciertos y festivales con relativa facilidad. Esto puede ser por contactos o por cómo unas cosas llevan a otras. Y la verdad, eso me da un poco de rabia. El mundo de la música alternativa, inevitablemente, también está lleno de postureo: se enseñan los éxitos, pero los fracasos suelen ocultarse. Algunos sí los muestran, pero generalmente cuando ya han conseguido algo más.
Nosotros, por suerte o por desgracia, no contamos con contactos ni facilidades para movernos. Todo lo que hemos logrado ha sido a base de esfuerzo puro y duro. Y tenemos claro que, para estar en más sitios y que te vean más, tienes que estar en la ola. Y esa ola crece justamente cuanto más conciertos haces.
¿Cómo entró Art Gates Records en la trayectoria de la banda y qué esperan recibir a cambio de firmar con un sello discográfico?
Necesitábamos apoyo en la gestión de los discos porque sentíamos que esa parte del proyecto no la estábamos manejando bien. Queríamos delegar esa responsabilidad en profesionales que conocen bien el sector, para así poder centrarnos más en lo que realmente nos apasiona: tocar y disfrutar de la música.
Como ya hemos dicho, nuestro objetivo es darlo todo para llevar a LUDE lo más lejos posible, superarnos y, sobre todo, disfrutar el proceso. Sabíamos que con Art Gates Records podíamos encajar perfectamente. Después de firmar con ellos y lanzar ya dos singles, tenemos claro que fue una decisión acertada.
¿Cuál ha sido el momento más significativo en la carrera de LUDE hasta ahora?
Si tuviéramos que elegir un momento clave, sería cuando fuimos a Madrid a participar en el concurso de bandas del Vuelo del Fénix. No solo por haber quedado segundos a nivel nacional, sino por la experiencia de tocar en directo frente a las cámaras de TVE. Fue uno de los primeros grandes hitos de la banda y, aunque fue al principio de todo, lo recordamos con muchísimo cariño y orgullo.
Como artistas, ¿sienten alguna responsabilidad con la situación social y política en España (o en el resto del mundo)? ¿Creen que la música debería usarse como un arma contra la injusticia, el abuso y la barbarie?
Desde nuestro punto de vista, la música no debería mezclarse directamente con la política, porque eso puede llevar a que se tomen decisiones basadas solo en emociones o en la imagen del artista, sin argumentos ni coherencia. Es un terreno peligroso cuando una figura relevante puede influir en decisiones políticas sin más.
Dicho esto, creemos que la denuncia social, las injusticias y los abusos sí deben tratarse en la música, siempre y cuando sea algo que la banda sienta de verdad. Nos parece genial crear canciones que hablen de trivialidades para disfrutar, o que hablen de amor en cualquiera de sus formas. Pero también admiramos profundamente un tema que logra hacerte sentir, que denuncia una injusticia o apoya una causa, siempre que se haga con buena intención y buen gusto.
En resumen, pensamos que la música es una herramienta poderosa que puede ayudar, aunque sea al menos a nivel mental, y ese es un papel que respetamos y valoramos.
Hace apenas unos días lanzamos nuestro nuevo single La presa, que habla de nuestra intención firme de no rendirnos ante nada. Así que podemos adelantar que aún quedan algunos singles por salir antes de presentar nuestro segundo LP.
Mientras preparamos ese disco, seguimos con los conciertos. De hecho, tenemos dos fechas pendientes: el 2 de agosto en El Altet (Alicante), en el festival Altetnativo, y el 13 de septiembre en Abarán (Murcia), en el Azarock. Estos serán los últimos conciertos antes de la presentación oficial del disco.
Este nuevo trabajo vendrá acompañado de algunos videoclips y más sorpresas que estamos deseando compartir con vosotros.
Sin más, os mandamos un saludo y gracias por interesaros en LUDE. Esperamos veros pronto en directo para compartir esos momentos que nos mantienen vivos: la música en vivo.
*************************************
[Tradução]
Do cruzamento entre o peso do metal e a contundência do rap, surge LUDE, uma banda que transforma vivências urbanas em rebeldia musical. Com letras fortes, sonoridade agressiva e atitude firme, o grupo tem vindo a conquistar o seu espaço na cena alternativa.
O BACKSTAGE 2.0 esteve à conversa com LUDE sobre música, esistência, processo criativo e a realidade por trás das rimas e riffs. Nesta entrevista, vamos mergulhar no universo da banda, conhecer as suas influências, visões e o papel da arte em tempos de caos.
Comecemos pelo princípio de LUDE. Como surgiu a banda e como surgiu a ideia de unir o metal e o rap?
Os LUDE nasceram quando o Brian (guitarrista) e eu, C. De Ramos (vocalista), nos conhecemos através de um anúncio num fórum de rock. Ele vinha do metal — com toda a influência do nu-metal dos anos 2000 — e eu, do rap, embora desde muito novo tivesse aquela vontade de formar uma banda, de experimentar música ao vivo com uma formação completa. Por vários motivos, nunca o tinha conseguido... até que os nossos caminhos se cruzaram. A partir daí, começámos a construir algo que não sabíamos bem aquilo em que se iria tornar, mas que já tinha alma.
A mistura de rap e metal, nesta altura, não é novidade — é verdade —, mas sempre deixámos claro que não queríamos ser cópia de ninguém. A ideia era encontrar o nosso próprio nicho, um som que expressasse quem somos, o que experienciamos. E isso não se consegue apenas com o estilo musical, mas com a atitude.
A banda começou a ganhar forma por volta de 2017. E, como deves imaginar, houve muito trabalho antes disso, e muito mais depois. Ensaios, mudanças, desilusões, aprendizagens... E, acima de tudo, sacrifício. Nada se constrói sem deixar algo para trás.
O que significa LUDE?
O nome da banda surgiu nessa fase inicial, quando ainda procurávamos uma identidade. Mais ou menos nessa altura, alguns de nós tinham assistido a O Lobo de Wall Street, e houve uma cena que nos chamou particularmente a atenção: os Quaaludes, uma droga que já foi prescrita como sedativo, mas acabou por ser utilizada recreativamente pelos seus efeitos eufóricos.
Gostámos do conceito. Não pelo significado literal do tema, mas pela ideia de que algo pequeno — um comprimido — poderia mudar a sua perceção da realidade, para melhor ou para pior. Sentimos que as nossas músicas tinham algo disso: cada música é como uma cápsula, uma mensagem, um choque ou uma pequena moral que nos faz olhar para o mundo de um ângulo diferente. Assim, transformámos "Quaaludes" em LUDE, à nossa maneira. Um nome curto e direto, com significado simbólico e um som poderoso.
É certo que a droga em questão era muito popular nos anos 60 e 70, prescrita para tratar a insónia e a ansiedade, mas também acabou por ser proibida devido ao seu elevado potencial aditivo. E embora já não seja legalmente vendida hoje em dia, ainda assombra o imaginário coletivo, especialmente devido à sua aparição em filmes e na cultura pop. Achámos que era um bom símbolo do que a música pode ser: algo que nos afeta, que nos emociona, que nunca nos torna iguais.
Quais são as maiores influências musicais da banda, tanto no metal como no rap?
A verdade é que seria difícil escolher apenas uma influência, porque cada uma contribui com a sua própria essência e as referências misturam-se. Mas se estivermos a falar do presente, podemos dizer que, no que toca ao metal, os Falling in Reverse inspiram-nos bastante pela forma como fundem estilos e quebram padrões. E quando se trata de rap, Tyler, The Creator é uma figura chave pela sua liberdade criativa, pela sua personalidade e pela forma como fez o que quis sem pedir autorização.
Claro que, para além da situação actual, há uma raiz comum que quase todos nós na banda partilhamos: o nu-metal dos anos 2000. Teve um forte impacto em nós. Bandas como Linkin Park, Limp Bizkit, Korn... essa era deixou a sua marca. Ensinou-nos que era possível fazer rap com raiva sobre uma guitarra distorcida e que misturar mundos não era apenas possível, mas poderoso.
Portanto, sim, somos filhos do nu-metal, mas olhando para o futuro. A nossa postura é mais absorver do que copiar.
O rap permite um discurso direto, enquanto o metal traz poder e intensidade. Como é que estas duas linguagens se equilibram em LUDE?
Boa pergunta, porque a verdade é que não é fácil encontrar esse equilíbrio. O rap nasceu como uma ferramenta de denúncia, de protesto, de uma mensagem clara. O metal, por outro lado, é mais visceral, mais emocional. É também uma forma de desabafar, mas com um tipo de energia diferente: mais crua, mais física.
A parte complicada é como encaixar uma mensagem carregada — letras densas e pesadas — num ritmo que muitas vezes pede para fluir, soltar-se, atacar. É preciso saber quando parar, quando acelerar, quando dar espaço à música e quando deixar as palavras falarem.
Honestamente, achamos que conseguimos isso muito bem em algumas faixas. Noutras, um dos dois géneros assume o protagonismo, e está tudo bem. Umas músicas são mais rap, outras mais metal, e essa diversidade também faz parte do nosso som. Não forçamos a mistura; deixamos acontecer.
O truque, se é que existe algum, tem sido exatamente esse: tentativa e erro, entregarmo-nos, não ter medo de deixar ir o que não funciona. Só assim encontramos o estilo que, agora, sentimos que nos começa a definir. Estamos exactamente neste ponto em que o caminho começa a ficar claro.
Através da música, procuram explorar as vossas preocupações e a vossa forma de ver o sistema. Quais são as principais preocupações de LUDE e como são abordadas? Qual é a vossa posição em relação ao sistema?
A nossa postura em relação ao sistema é, sem rodeios, de rebeldia. Rebelamo-nos em todos os sentidos. Sabemos que este mundo não te dá nada, que tudo se conquista com esforço, perseverança e comendo frustração às colheradas. Nesse sentido, somos realistas: não se trata de viver fora do sistema — isso não é viável —, mas sim de saber navegar nele sem se perder no caminho.
Poderíamos encher álbuns a falar sobre como tudo é podre, mas acreditamos que esta abordagem, repetida inúmeras vezes, acaba por esgotar. Queremos ir mais além. Por isso, preferimos focar-nos no que sentimos, no que vivenciamos, na autocrítica. Não só apontando o dedo para o sistema, mas também olhando para dentro.
A realidade é que todos nós que formamos LUDE estamos presos no mesmo ciclo que criticamos. E, precisamente por isso, a banda torna-se uma forma de escape, uma válvula de escape. LUDE é aquela bala que disparamos para não ficarmos em silêncio, para não engolirmos o veneno do quotidiano. Não estamos aqui para adoçar nada. Estamos aqui para libertar o que carregamos dentro de nós. E sim, apontamos alto, mas sem nos esquecermos de apontar para nós também.
Esse é o nosso foco. E não vamos desistir…
Quais os temas que mais gostam de explorar nas vossas letras?
Se olharmos para o nosso primeiro LP, Huele a soberbia en espíritus mediocres, vemos que estávamos mais virados para o exterior: letras críticas, com um foco social, visando o que nos rodeia. Mas, com o tempo — e por decisão unânime no seio da banda — decidimos dar uma volta e olhar para dentro.
Vimos que onde realmente tínhamos algo a dizer era a nível pessoal, na introspecção. Começámos a escrever a partir das nossas próprias feridas, da frustração, da sobrecarga, da raiva… mas também de um lugar de aprendizagem. Percebemos que é preciso primeiro olhar para o nosso próprio umbigo se realmente se quer dizer algo que ressoe. E daí, da honestidade, nasce uma mensagem mais real e, em muitos casos, mais motivadora.
Se tivéssemos de resumir numa palavra, diríamos que o que mais gostamos de explorar é o autoaperfeiçoamento. Não da postura do "consegues tudo", mas da luta diária, da lama. É isso que nos move e que tentamos transmitir.
Inside the Noise foi o primeiro single de 2025 e representa uma nova fase para os LUDE. O que podemos esperar desta nova fase que começa por levar a música de porta em porta, aproveitando as portas entreabertas?
Para compreendermos esta nova fase dos LUDE, precisamos primeiro de saber de onde viemos. O nosso primeiro LP saiu com muita força... e também com muitos erros, como costuma acontecer com qualquer banda em início de carreira. Com o nosso segundo álbum, Lapso — composto por três EPs — as coisas complicaram-se. Tivemos golpes externos e internos, e como se não bastasse, fomos duramente atingidos por aquele período estranho da COVID. Essa fase quase acabou com a banda. Literalmente.
Estávamos perto, muito perto, de deitar a toalha ao chão. LUDE, aquele projeto que sabíamos que tinha algo de diferente, algo de especial — porque sentimos isso em cada concerto ao vivo, em cada pessoa com quem nos conectamos — estava à beira de ruir. E isso doeu em dobro. Porque sair significava perder tudo aquilo por que tanto trabalhámos ao longo dos anos.
Num momento de lucidez, de uma honestidade quase brutal para connosco próprios, compreendemos algo fundamental: que não podíamos continuar a culpar o ambiente. Que, no final de contas, tudo o que de mau te afeta é também da tua responsabilidade se decidires deixar-te levar por isso. E foi aí que nos fizemos a pergunta que mudou tudo: vamos morrer sem, pelo menos, termos dado tudo por algo em que realmente acreditamos, como LUDE?
E é aí que estamos. Chega de desculpas. Chega de medos. Vamos fazer o que for necessário para abrir portas, fechar portas ou derrubá-las. Mas o que nunca faremos é ficar a pensar no raio do "e se...?".
Dito isto, se pararem um momento para ouvir as letras dos nossos dois primeiros singles, provavelmente irão compreendê-las muito melhor sabendo tudo isto.
O público espanhol é receptivo a sonoridades como o rap-metal? E quanto aos promotores, festivais e salas de espetáculos? É fácil encontrar salas de espetáculos para tocar ao vivo?
Sentimos sempre que o público é receptivo. Acreditamos que encontrámos um estilo que se adapta a quase todos os ambientes e, o mais importante: conectamo-nos com as pessoas. Não importa tanto o estilo que ouvem, mas sim que consigamos tocar em algo que é fundamental para nós. Esta ligação é o que faz a diferença entre um concerto e um espectáculo que realmente emociona.
Agora, no underground, a realidade é dura. Encontrar salas de espectáculos, digressões ou espectáculos sem contactos é bastante complicado. Até que uma banda tenha um apoio sólido do público, seguir em frente é muitas vezes uma batalha constante, e praticamente tens de fazer tudo sozinho.
Por outro lado, existem bandas que, mesmo sem grande impacto no público, conseguem concertos e festivais com relativa facilidade. Isto pode dever-se a contactos ou à forma como uma coisa leva à outra. E, sinceramente, deixa-me um pouco irritado. O mundo da música alternativa também está inevitavelmente cheio de fachadas: os êxitos são mostrados, mas os fracassos tendem a ser escondidos. Alguns fazem-no, mas geralmente depois de já terem conquistado algo mais.
Felizmente ou infelizmente, não temos contactos nem oportunidades fáceis para nos movimentarmos. Tudo o que conseguimos foi com muito trabalho árduo. E temos a clareza de que, para estar em mais sítios e ser mais visto, é preciso estar na onda. E essa onda cresce precisamente quanto mais concertos se faz.
Como é que a Art Gates Records entrou na carreira da banda e o que esperam em troca da assinatura com uma editora?
Precisávamos de apoio na gestão dos álbuns porque sentíamos que não estávamos a lidar bem com esta parte do projecto. Queríamos delegar esta responsabilidade a profissionais que conhecessem bem a indústria, para que nos pudéssemos concentrar mais naquilo que realmente nos apaixona: tocar e desfrutar de música.
Como já dissemos, o nosso objetivo é dar o nosso melhor para levar LUDE o mais longe possível, para melhorarmos e, acima de tudo, para desfrutarmos do processo. Sabíamos que a Art Gates Records era a escolha perfeita. Depois de assinar com eles e de já termos lançado dois singles, temos a certeza que foi a decisão certa.
Qual foi o momento mais significativo na carreira dos LUDE, até ao momento?
Se tivéssemos de escolher um momento-chave, seria quando fomos a Madrid participar no concurso de bandas Vuelo del Fénix. Não só porque terminámos em segundo lugar no ranking nacional, mas também pela experiência de tocar ao vivo em frente às câmaras da TVE. Foi um dos primeiros grandes marcos da banda e, embora tenha sido no início, recordamo-lo com muito carinho e orgulho.
Como artistas, sentem alguma responsabilidade pela situação social e política em Espanha (ou no resto do mundo)? Acham que a música deve ser usada como arma contra a injustiça, o abuso e a barbárie?
Do nosso ponto de vista, a música não deve ser diretamente misturada com a política, pois esta pode levar a decisões baseadas apenas nas emoções ou na imagem do artista, sem argumentos ou coerência. É um terreno perigoso quando uma figura relevante pode simplesmente influenciar decisões políticas.
Dito isto, acreditamos que a crítica social, a injustiça e o abuso devem ser abordados na música, desde que sejam algo que a banda realmente sinta. Achamos óptimo criar música que aborde questões triviais para entretenimento, ou que fale de amor em qualquer uma das suas formas. Mas também admiramos profundamente uma música que consegue fazer sentir, que denuncia a injustiça ou apoia uma causa, desde que seja feita com boas intenções e bom gosto.
Em suma, acreditamos que a música é uma ferramenta poderosa que pode ajudar, pelo menos mentalmente, e esse é um papel que respeitamos e valorizamos.
Quais são os próximos passos da banda? Novos álbuns, concertos, digressões, videoclips...
Há poucos dias, lançámos o nosso novo single La presa, que demonstra a nossa firme intenção de nunca desistir. Assim sendo, podemos dizer que ainda faltam alguns singles para lançarmos o nosso segundo LP.
Enquanto preparamos este álbum, continuamos com os nossos concertos. Aliás, temos duas datas pendentes: 2 de agosto em El Altet (Alicante), no festival Altetnativo, e 13 de setembro em Abarán (Múrcia), no Azarock. Estes serão os últimos concertos antes do lançamento oficial do álbum.
Este novo trabalho será acompanhado por alguns videoclipes e outras surpresas que mal podemos esperar para partilhar convosco.
Sem mais delongas, enviamos os nossos melhores votos e agradecemos o teu interesse nos LUDE. Esperamos vê-los ao vivo em breve, para partilhar estes momentos que nos mantêm vivos: a música ao vivo.
Sem comentários:
Enviar um comentário